Isabel Menéndez Benavente recomienda "enfriar" esa frustración o enfado. Y buscar ayuda externa si llega un momento en el que pensamos que la vida "siempre es injusta con nosotros". Podemos frustrarnos por cosas tontas o importantes, pero al final el resultado es el mismo. Cuanto mayor sea la obstrucción y la voluntad, y cuanto más sensible sea el individuo a los conflictos, habrá mayor probabilidad de frustración. No afecta a todos por igual. Hay personas a las que todo le parece bien y a otras que todo les parece injusto.
Aprender a gestionar las frustraciones debería ser algo que hiciésemos desde pequeños. Precisamente los niños se frustran mucho porque no saben manejar esas emociones.