CON ÁNGEL ALONSO

Confianza (y desconfianza)

Nieves Roqueñí va a ser la nueva presidenta de la autoridad portuaria de Gijón. Pablo de Soto ha sido cesado como director de LABoral Centro de Arte. El nexo de unión entre ambas noticias es la confianza (o ausencia de la misma). Le preguntamos a nuestro ANALISTA POLÍTICO cómo funciona.

Guillermo Figueroa

Gijón |

Nieves Roqueñí pide tranquilidad con el DRI

La confianza en política no es cuantificable pero sí hay formas de evaluarla, nos explica Ángel Alonso. Lo primero es diferenciar entre tres tipos de confianza: tenemos la confianza institucional, la confianza electoral o social y la confianza estratégica. Las decisiones políticas de nombrar o cesar a alguien blandiendo el argumento de la confianza podrá encajar en uno de esos parámetros. Confianza institucional por ejemplo en el caso de Roqueñí. En otras ocasiones, como en el caso de LABoral, sería necesario tener en cuenta otros factores, como la propia dinámica del centro de arte.

La afinidad política es importante en esto de la confianza, aunque no es lo único. Cuando se quiere que decisiones basadas en la confianza sean aceptadas por la sociedad será importante, como siempre en política, el relato. Controlar la narrativa. Con los mensajes que se mandan se puede reforzar la imagen positiva de unos (Roqueñí y la promesa de conectar con la ciudad y hablar con los vecinos) o negativa (sembrar dudas sobre su gestión).

Ángel Alonso considera especialmente interesante el caso de la ex consejera de industria. Su paso a la autoridad portuaria permite al gobierno asturiano mantenerla en un puesto relevante pero con menos exposición pública y acometer una renovación del ejecutivo sin mayores problemas para apartar a una consejera que estaba siendo el blanco de muchas críticas.