En el entorno de Veriña, donde se va a desarrollar la mayor inversión durante dos meses, el objetivo principal será la mejorar la capacidad de desagüe del último tramo del río Aboño. El lecho está colmatado con sedimentos finos que dan lugar al desarrollo de vegetación arbustiva que dificulta el flujo de agua durante los episodios de avenidas.
El resto de los trabajos se realizarán en el río Robledo, a la altura de Caldones, en el arroyo de la Fuente de los Berros, en las inmediaciones de Lavandera, y en el río Aboño desde La Vega hasta el embalse de San Andrés de los Tacones. Se acondicionará la vegetación de los cauces colindantes con tres sendas fluviales, las de los ríos Peñafrancia, Llantero y Vega.