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Cómo conseguir que los propósitos mejoren nuestra salud mental

Año nuevo es un momento en el que mucha gente se fija una serie de objetivos para el año que empieza. Son los famosos "propósitos de año nuevo". Pero ni tienen por qué ponerse a principios de año ni deben ser una carta a los Reyes Magos más. Ser realista y tener una motivación muy clara es el primer paso para evitar la frustración.

Guillermo Figueroa

Gijón |

La psicóloga Isabel Menéndez Benavente advierte de las consecuencias de no ser realista o de proponerse cosas que de antemano se saben que no se llevarán a cabo. En las cosas más sencillas, como dedicar más tiempo a la familia o discutir menos, suele estar la llave para mejorar nuestra salud mental. Mejor pocos que muchos.

Mucha gente abandona los propósitos incluso antes de empezar. Porque no parten de una reflexión. No tienen un objetivo. El clásico dejar de fumar, ir al gimnasio o aprender inglés muchas veces están condenados al fracaso por un problema de base. Los propósitos, los objetivos, deben perseguir un fin. El primer paso es lograr mantener ese propósito en el tiempo. Se considera que a partir de los 15 días una acción se convierte en hábito. Y a partir de ahí...

Compartir los propósitos siempre será mejor que hacerlo solo. Pero siempre que quien nos acompañe esté motivado (incluso más que nosotros) y nos ayude a cumplirlo.