La psicóloga Isabel Menéndez Benavente advierte de las consecuencias de no ser realista o de proponerse cosas que de antemano se saben que no se llevarán a cabo. En las cosas más sencillas, como dedicar más tiempo a la familia o discutir menos, suele estar la llave para mejorar nuestra salud mental. Mejor pocos que muchos.
Mucha gente abandona los propósitos incluso antes de empezar. Porque no parten de una reflexión. No tienen un objetivo. El clásico dejar de fumar, ir al gimnasio o aprender inglés muchas veces están condenados al fracaso por un problema de base. Los propósitos, los objetivos, deben perseguir un fin. El primer paso es lograr mantener ese propósito en el tiempo. Se considera que a partir de los 15 días una acción se convierte en hábito. Y a partir de ahí...
Compartir los propósitos siempre será mejor que hacerlo solo. Pero siempre que quien nos acompañe esté motivado (incluso más que nosotros) y nos ayude a cumplirlo.