GAEL FERNÁNDEZ

Un campeón en busca de nombre de guerra

Gael Fernández tiene 16 años y se ha convertido en el primer grupista en conseguir una medalla en el boxeo. Y eso que nunca le había llamado la atención el deporte ni estaba interesado. Pero un día le dio por probar y la adrenalina y la seguridad en uno mismo que le aportó hizo que se quedase.

Guillermo Figueroa

Gijón |

Gael sube al escenario muy pendiente de no llevarse golpes en la boca para que su madre no se enfade. Reconoce que es un deporte que conlleva riesgos a largo plazo y hay que tener cuidado. Pero defiende que es un deporte muy completo y por el momento no piensa en dejarlo. El boxeo puede suponer un cambio drástico, física y mentalmente, para quien lo practica. Pero para llegar a competir es necesario un sacrificio, un esfuerzo y una dedicación que no todo el mundo está dispuesto a asumir. Gael sí. De hecho ahora mismo ocupa el primer puesto en sus prioridades, algo que sabe que debe cambiar para no dejar de lado los estudios. Aunque no sepa qué quiere estudiar, solo que busca algo donde se trabaje poco y se gane mucho, ironiza.

Recibir los puñetazos es más complicado, aunque llega un momento en el que el entrenamiento hace que los golpes "no duelan" siempre que te midas a un rival de tu categoría. Y esa categoría está marcado por el peso. Gael ha hecho burradas para dar el peso que necesitaba para competir (un yogur al día durante tres días) y por eso ahora se cuida más antes de los campeonatos. También ha aprendido a controlar sus nervios antes de subir al ring y abstraerse una vez que empieza el combate.

Tres rounds de tres minutos pueden parecer poco, pero hay que estar muy bien físicamente para aguantarlo. En estas categorías no se ven KO y lo normal es agotar el tiempo. Cuando el árbitro determina el final del combate los dos púgiles se abrazan. A Gael le sorprendió mucho el buen rollo que hay entre los deportistas que acaban de pelearse.

Para vivir del boxeo actualmente hay que ser muy bueno y ser conocido. Las redes sociales son tan importantes como el ring. Gael sueña con vivir del boxeo (y una gran velada en Las Vegas). Le gustaría estar en unos Juegos Olímpicos. Y seguro que si sigue este camino será un sueño alcanzable. Para entonces seguro que ya tiene un nombre de guerra. El apodo que deben ponerle sus compañeros.