La planta fabricará entre 140.000 y 160.000 toneladas al año de combustible sólido recuperado, que tiene un aprovechamiento energético "de primer nivel". Unas 44.000 toneladas de material orgánico bioestabilizado, que se podrá utilizar en restauraciones ambientales. A mayores, se van a recuperar 7.400 toneladas anualmente de residuos voluminosos e industriales que no son peligrosos.
La inversión supera los 62,5 millones de euros. Está previsto que la fase de pruebas arranque en el mes de junio. Barbón cree que esta obra simboliza una nueva etapa en el tratamiento de la basura en Asturias.
Cogersa está levantando cinco naves a las que llegará la bolsa negra de basura. Se evitará que sea depositada directamente en el vertedero. De manera automatizada se clasificarán los residuos que contenga. Lo ha explicado Paz Orviz, gerente de Cogersa.
El nuevo equipamiento comenzará a funcionar en fase de pruebas en junio. Responsables de la entidad aseguran que estamos ante un hito. Porque se avanza hacia el fin del vertido directo y en la gestión circular de los residuos.