Dejar de fumar no implica ganar peso
Un estudio realizado por la Universidad de Oviedo entre personas con obesidad o sobrepeso que se beneficiaron de un tratamiento psicológico para abandonar el tabaco revela que ese abandono resulta viable con prevenir una ganancia de peso excesiva simultáneamente
El trabajo, liderado por una investigadora de la Unidad Clínica de Conductas Adictivas de la institución asturiana, acaba de ser publicado en la revista Drug and Alcohol Dependence, de máximo impacto en su área de conocimiento.
Según informa la Universidad de Oviedo, el objetivo principal del estudio consistió en evaluar la viabilidad del tratamiento, la satisfacción de los participantes y la eficacia preliminar en el abandono tabáquico y control del peso con un abordaje psicológico que incidió simultáneamente sobre ambas cuestiones en personas con sobrepeso y obesidad.
Con este propósito, investigadores de la Unidad Clínica de Conductas Adictivas de la Universidad de Oviedo llevaron a cabo un ensayo clínico aleatorizado piloto entre septiembre de 2020 y febrero de 2021.
El estudio incluyó a 41 adultos, con una edad media de 52,73 años, en un porcentaje ligeramente superior de mujeres que hombres, que fumaban al menos 10 cigarrillos al día y tenían un índice de masa corporal de 25 o superior, es decir, que padecían sobrepeso u obesidad. A todos los participantes se les ofreció tratamiento cognitivo-conductual para dejar de fumar y prevenir el aumento de peso corporal a lo largo de ocho semanas.
La profesora de la Facultad de Psicología y una de las firmantes del trabajo, Gloria García Fernández, destaca que los resultados muestran la viabilidad de este tipo de programas para personas con problemas de peso corporal. Así, 37 de los 41 participantes (90,24%) finalizaron el tratamiento y asistieron además a casi la totalidad de las sesiones. La calificación media de satisfacción con el tratamiento, en una escala de 1 a 10, fue muy alta y llegó 9,73.
Además, 31 participantes (75,6%) lograron dejar de fumar y los que mantuvieron la cesación tabáquica aumentaron de peso, pero solo ligeramente, ya que ganaron 1,25 kilogramos de su peso corporal inicial al finalizar el tratamiento. El trabajo apunta también que 17 de los 41 participantes recibieron un refuerzo positivo en forma de incentivos para lograr la abstinencia, que resultó de gran ayuda.
"Este estudio apunta que el programa de tratamiento resulta viable, aceptable y muestra eficacia preliminar para dejar de fumar y prevenir un aumento de peso excesivo tras el cese tabáquico", comenta la investigadora. "Resulta además un trabajo novedoso al dirigirse a una población específica de riesgo y al abordar una de las barreras principales para dejar de fumar, el temor al aumento de peso", concluye García Fernández.