Sergio Puerto, Odrán Pérez y Jorge Meavilla llegaron a Valencia capital el viernes. La primera noche durmieron en el coche. Al día siguiente consiguieron coger un autobús que les llevó hasta Benetúser, una de las localidades más afectadas por la Dana. Sergio explica que tuvieron la suerte de llegar temprano al autobús, porque era tal la cantidad de voluntarios que muchos se quedaron sin poder desplazarse a los pueblos.
Aunque les dijeron que a las cuatro de la tarde el autobús volvería a por ellos, éste no llego. Por su cuenta, volvieron a pie hasta Valencia y de nuevo les sonrió la fortuna porque pasaron por el Centro Cultural La Rambleta, que estaba ofreciendo sus duchas para los voluntarios. No sólo pudieron ducharse, sino que la directora les ofreció su propia casa para pasar la noche y desayunar al día siguiente para coger fuerzas.
Al igual que otras personas que han pasado por esa zona cero del desastre, Sergio coincide en que sobrecoge comprobar in situ su dimensión. Una de las cosas que más les impresionó fue ver a personas mayores trabajando en las tareas de limpieza, además de la generosidad con la que han sido recibidos y la gratitud que se llevaron de allí. Volvieron después del fin de semana por obligaciones laborales, pero este viernes volverán a coger el coche para seguir ayudando a los damnificados.