De forma complementaria a la campaña de concienciación de limpieza de la ciudad, el Ayuntamiento ha dado a conocer el acuerdo con la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Aragón, con sede en la capital oscense, para formar a los trabajadores municipales en la limpieza de los grafitis en edificios que, por su singularidad, necesiten tratamientos específicos y especializados. Y es que, pese a que la responsabilidad de las fachadas es de los propietarios, suele ser el Servicio de Medio Ambiente el que asume el trabajo (siempre y cuando sea solicitado bajo petición de la propiedad y estén en la fachada exterior de los edificios, situados en la vía pública).
Durante el 2023 se han abierto 87 expedientes de particulares que lo han solicitado. Según ha trasladado la alcaldesa, Lorena Orduna, el Ayuntamiento se encarga de eliminar unos 40 o 50 grafitis al mes, casi 10 a la semana según el momento del año, con un coste de 60.000 euros al año.
Para ello, se utiliza un vehículo eléctrico y una hidrolimpiadora. El equipo de grafitis cuenta con un equipo de un oficial y un operario, aunque últimamente se está organizando el servicio para poder contar con dos operarios en vez de uno.