Sevilla tiene un color especial, también desde Aragón

Gozarte cumple 25 años y lo hace, como siempre lo ha hecho, queriendo dar a conocer Zaragoza y Aragón al mundo. Fueron pioneros en las visitas a espacios de la capital aragonesa, siguieron visitas teatralizadas, cenas con misterio y comentadas y poco a poco, excursiones por Aragón, España e incluso fuera de nuestras fronteras.

La primera salida que nos propone Carlos Millán nos lleva hasta Sevilla. Ha comenzado la Feria de Abril y todo pasa durante estos días en el Real de la Feria. Millán explica cómo esta feria comenzó como un mercado que iniciaron un ganadero vasco y otro catalán. Se trataba de una feria de ganado en la que, alrededor, había algo de ocio. Se ubicaba en el prado de San Sebastián, que entonces eran las afueras de Sevilla.

Con el paso del tiempo, la feria dedicada al mercadeo de ganado fue disminuyendo y ganando espacio el ocio y con las buñueleras. Cuenta Millán que lo único que queda ahora de animales es el paseo de caballos que tiene lugar por las tardes en las calles del ferial.

En la actualidad hay más de mil casetas con unas largas listas de espera para poder obtener una, por lo que si algún año alguien se olvida de renovar la licencia, la pierde y se adjudica a la lista. Casetas hay privadas y públicas, la mayoría son privadas y pertenecen a asociaciones, grupos de amigos o de familias. En otros lugares, incida Carlos Millán que es diferente, por ejemplo, en Málaga son como bares y todo el mundo puede entrara a todas.

Pero la alegría de la Feria es ir a cantar, bailar, comer, beber, reírte y pasarlo bien, pero, sobre todo, a disfrutar de la vida. uno de los rituales en torno a la Feria es que comienza en un momento concreto. El sábado es la “cena del pescaíto” y a la medianoche se encienden las luces de la portada. A partir de entonces, fiesta hasta el sábado siguiente a la medianoche cuando los fuegos artificiales indicarán el fin de la Feria de este año.