Las tormentas llevan cebándose en esta localidad de la comarca del Jiloca desde el pasado fin de semana, cuando hubo que suspender las fiestas y desalojar la nave municipal donde se estaba celebrando la verbena para garantizar la seguridad de los asistentes.
Desde entonces el agua no ha dejado de campar a sus anchas por las calles del pueblo, donde todavía "no hemos podido ni siquiera valorar los daños ocasionados por las sucesivas avenidas", según ha lamentado su alcaldesa, María José Rubio. Por lo menos la captación de agua no se ha visto afectada y tienen el suministro garantizado.
En otros puntos de la provincia como la comarca de las Cuencas Mineras, el agua derrumbó ayer por la tarde un muro de la plaza de toros de Escucha, mientras que en Galve siguen achicando agua en el entorno de la subsede de Dinópolis.
El presidente de la Diputación de Teruel, Joaquín Juste, ha enviado un mensaje de tranquilidad a los ayuntamientos asegurando que "colaboraremos con ellos en todos los arreglos que sea necesario acometer tras el paso de la dana".