Este nuevo tributo podría entrar en vigor en verano y el dinero que se recaude se destinará a un fondo de compensación para los territorios afectados por esas instalaciones. La recaudación podría ascender a entre 32 y 36 millones de euros. Según la propuesta del Gobierno aragonés, los parques eólicos pagarán por la altura y superficie de los aerogeneradores, los fotovoltaicos por las hectáreas ocupadas y las instalaciones de cableado por los kilómetros de tendido. La vicepresidenta segunda del Gobierno aragonés, Mar Vaquero, señala que este impuesto pretende compensar al medio rural.
En su exposición, Vaquero ha subrayado que este proyecto de Ley nace con el objetivo de “compensar al medio rural por el esfuerzo que realiza en el desarrollo presente y futuro de nuestra comunidad”. Más concretamente, por las “afecciones” a las que están sometidos los municipios y también los “sacrificios” a los que tienen que hacer frente. Y pretende con él “superar la división que se ha producido en no pocos territorios” y también “compensar a esas localidades” a través de políticas concretas que “revierten en el territorio y que serán un instrumento eficaz para paliar la despoblación”.
Como decíamos el PSOE se ha abstenido en la toma en consideración de este proyecto para gravar a las energías renovables. Precisamente en la anterior legislatura, los socialistas impulsaron una norma similar cuando estaban gobernando. El diputado del PSOE, Óscar Galeano, asegura que no han cambiado de opinión sólo que cree que esta medida es mejorable.