Dice que nunca imaginó que terminaría siendo alcalde de Zaragoza en 2014, cuando fue elegido por las bases de Zaragoza en Común para liderar la candidatura municipal. Santisteve hubiera preferido que el orden hubiera sido inverso: primero en la oposición y después en el gobierno, ya que el trabajo de oposición hubiera proporcionado a Zaragoza en Común la experiencia que les pudo faltar cuando fue investido alcalde.
Defiende que le dieron la vuelta a la Ciudad como a un guante, diseñando planes estratégicos en materia de infraestructura verde, movilidad sostenible, ahorro energético, en la estrategia de calidad del aire o el impulso a la Huerta Zaragozana. Además, gracias a su diligencia, el Ayuntamiento está recibiendo importantes sumas de dinero, como el procedente de la deuda del Tranvía, la del Tiro de Pichón (pendiente de cobrar), o el litigio con el Gobierno de Aragón por los juzgados de la Plaza del Pilar.
Lamenta las conductas que ha tenido que soportar en los debates políticos, donde ha sido objeto de insultos y descalificaciones constantemente, alimentando una toxicidad muy perjudicial para todos, algo que espera que cambie beneficio de la Ciudad y sus vecinos. Sobre su futuro, ha contado que ya ha cumplido los 65 años, por lo que tras unos meses en situación de desempleo, empalmará con la jubilación.