El presidente del Gobierno aragonés, Javier Lambán, se ha reunido hoy con las seis entidades que participan en el Programa de Protección Internacional. Las oenegés ACCEM, APIP-ACAM, CEPAIM, Cruz Roja, Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl e YMCA se están encargando de la acogida de los refugiados. La consejera de Derechos Sociales, María Victoria Broto, destaca la solidaridad de los aragoneses en el proceso de acogida.
Una de esas refugiadas que han llegado desde Ucrania es Natasha. Tiene 43 años y vive en Zaragoza. Huyó en coche con sus dos hijos y su suegra cuando ya habían comenzado los bombardeos. Su marido continúa en Ucrania porque la ley marcial impide salir a los hombres del país para hacer frente al ejército ruso. Todos los días se comunican por teléfono, a través de mensajes.
Su casa en Ucrania ha sufrido ya los efectos de la guerra. Las ventanas están rotas y la vivienda ya ha sido saqueada. El día a día es complicado con sus hijos. El pequeño, de 7 años, no es consciente de lo que pasa en su país. En cambio, es más complicado para la mayor, de 12 años, ya que, por ejemplo, tiene una amiga en Ucrania que está desaparecida.
De momento, 400 niños ucranianos ya están escolarizados en Aragón. Además, 140 adultos se han inscrito en las clases para aprender español. En una interpelación en las Cortes, a petición de Ciudadanos, el consejero de Educación, Felipe Faci, ha explicado que proporcionalmente hay más alumnos refugiados en la provincia de Huesca, en concreto en Jaca, pero también en la localidad zaragozana de Tarazona.
Por ejemplo, el lunes se abrirá la primera aula para ucranianos en el IES Corona de Aragón de Zaragoza. Además, señala que desde el inicio reforzaron la atención emocional para los más pequeños.