Decenas de empresarios y trabajadores del ocio nocturno se han concentrado frente a la sede del Gobierno aragonés, acompañados de políticos de Ciudadanos y Vox, para protestar contra las nuevas restricciones que les obligan a cerrar a las dos de la madrugada. Eso va a hacer que a muchos establecimientos no les compense abrir en Nochevieja.
El portavoz del sector, Alberto Campuzano, calcula que perderán unos dos millones de euros en facturación solo en esa noche, y unos tres millones hasta el 15 de enero. De momento, anima a todos los propietarios a respetar las restricciones vigentes, pero anuncia su intención de solicitar medidas cautelares y recurrir la orden del Gobierno, esta vez por la vía penal.
"Además de atentar contra nuestro derecho a trabajar y restringir libertades fundamentales, están volviendo a sacar normas que han dicho los tribunales que son ilegales y eso se llama prevaricación", ha explicado.
Los trabajadores del sector, que empezaban a ganar cierta estabilidad, vuelven a sufrir la incertidumbre.
"No sé si voy a trabajar el sábado, si me van a rescindir el contrato, si voy a tener que buscarme otro trabajo..." afirma María Isabel Cabeza, de la discoteca Superhits. Cuando comenzó la pandemia y cerró el bar donde trabajaba tuvo que trasladarse a otra comunidad autónoma. "Ayer estuve en Puerto Venecia y no se podía ni andar de la gente que había, ¿es que el virus solo se contagia por la noche?", se pregunta.
Jorge Blasco, del pub Utopía, lamenta que se les vuelva a criminalizar y cree que estas restricciones fomentarán que la gente se vaya de fiesta a otras comunidades o celebre cotillones privados.