Organizaciones como el Sindicato Inquilinas reivindican una bajada del precio de los alquileres para que los colectivos más vulnerables tengan acceso a una vivienda. Señala que para poder acceder a un piso en alquiler se exigen demasiados requisitos, como demostrar que se tiene un trabajo fijo, presentar nóminas o, incluso, avales bancarios, y eso sólo para que te tengan a cuenta, explica María.
Desde esta organización de inquilinos recuerdan que hay más de 15.000 viviendas vacías en Zaragoza, además de todas las que se destinan a pisos turísticos, muchas de ellas en situación totalmente ilegal. La salida al mercado de ese parque de vivienda paralizada mejoraría notablemente el panorama y permitiría, entre otras cosas, una bajada de los precios, además de que daría respuesta a la demanda de vivienda barata sin necesidad de construir nuevas promociones.
María subraya que las administraciones se cuelgan la medalla de la vivienda asequible, cuando el auténtico objetivo debería ser la vivienda barata, de forma que el alquiler nunca llegue al 30% de los ingresos del arrendatario; y defiende un cambio en el modelo de contratación, de forma que los inquilinos no se vean condicionados por la espada de Damocles de la renovación anual, y vivan con la estabilidad que daría un alquiler a largo plazo que les permita desarrollar un proyecto de vida y comprometerse en el cuidado del piso como si fuera de ellos.