Las de 2022 también eran las fiestas más esperadas para el sector hostelero, una oportunidad de incrementar la caja para recuperarse de la crisis del covid y hacer frente a los próximos meses, que se esperan complicados. De hecho, sobre las previsiones para la recta final del año hay pesimismo, según indica el 44% de encuestados, que cree que los meses que se avecinan van a ser malos o muy malos.
En cuanto a las Fiestas del Pialr, la valoración va por barrios, literalmente. Los bares más alejados del centro, donde se concentran los actos que atraen a más público, no están satisfechos con la programación, lo que representa el 40% de los hosteleros consultados. Por eso, frente al 53,5% de bares que creen que la afluencia de público ha sido buena o muy buena, está el 18,6% que cree que sólo ha sido normal, el mismo porcentaje que señala que ha sido mala y un 9,3% que la califica de muy mala.
El portavoz de la Asociación de Cafés y Bares, Jesús Laboreo, ha señalado que otro dato sintomático es el de las contrataciones. Ante el aumento de trabajo que representan las fiestas, el 44% de los establecimientos decidió contratar a personal extra para los nueve días, mientras el 56% afrontó las fiestas con la plantilla habitual. Laboreo explica que este último dato guarda relación con dos factores: la falta de personal cualificado y que el temor a que el incremento de la caja no compense el gasto que supone una contratación.