La economía aragonesa mejoró notablemente en 2021, aunque no llegó a recuperar los niveles previos a la pandemia. El informe que este lunes han presentado la Fundación Basilio Paraíso e Ibercaja destaca que nuestra Comunidad fue la segunda con menor tasa de paro, batió su récord de exportaciones y las empresas aragonesas lograron buenas cifras de rentabilidad y productividad. Sin embargo, descendió la población activa, se contrajo la demanda interna, y la deuda pública se mantuvo muy elevada.
De cara a los próximos meses, mantienen sus previsiones de crecimiento: el PIB aragonés aumentará un 3,9% en 2022 y un 2% en 2023, ligeramente por encima de la media española. El catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza, Marcos Sanso, señala que la inflación puede reducir el Valor Añadido de la economía aragonesa, y de esa forma frenar el PIB. Pero en el peor de los casos, si se produjera una recesión, Sanso cree que no sería especialmente grave.
"Todo apunta a que va a haber una desaceleración. Hablar de recesión no debe llevarnos a pensar que es algo excesivamente negativo. Si hay un trimestre o dos donde el crecimiento es ligeramente negativo, pues no pasa nada. Las empresas tienen una posición mucho más saneada ahora que en la crisis de 2008, no tiene ni punto de comparación. Si cae el empleo, seguramente no será demasiado", ha afirmado Sanso. No obstante, cree que no llegará a producirse esa recesión.
En esa misma línea, el director territorial de Aragón en Ibercaja, Antonio Lacoma, prefiere huir del pesimismo en sus perspectivas económicas. "Al final, si todos nos afincamos en el pesimismo, la vamos a liar. Así que prefiero lanzar un mensaje de realismo sin demasiado pesimismo. Familias y empresas están en una posición más sólida que en 2008. En nuestro día a día en Ibercaja, no estamos notando un incremento de la morosidad ni de los impagados", ha explicado Lacoma.