El tráfico en la antigua autopista ha aumentado un 54%, especialmente de camiones y otros vehículos pesados, y por el lado contrario, el tráfico se ha reducido un 41% en la N-II. Los municipios del trazado también valoran las consecuencias positivas de la liberalización.
El alcalde de Bujaraloz, Darío Villagrasa, no obstante, sigue reivindicando mejoras en la N-II, que atraviesa la localidad, para mejorar la seguridad. Además, ante la posibilidad de que el Gobierno de España aplique pagos en las autovías, Villagrasa cree que los impuestos deben ser suficientes para garantizar inversiones en las carreteras.