La exposición trata de reflejar la importancia que tuvo Zaragoza en la vida de Santiago Ramón y Cajal desde su llegada a los 17 años, habiendo sido un estudiante repetidor y mozo gamberro, explica el comisario de la muestra, el investigador Alberto Jiménez Shuchmacher. En Zaragoza vivió 15 años, en los que completó sus estudios, se casó con Silveria Fañanás y tuvo dos hijos.
Además de su partida de matrimonio, facilitada por el Archivo de la Iglesia de San Pablo, la muestra cuenta también con sus matrículas universitarias, una documentación que permite hacerse una idea en profundidad de las direcciones en las que residió o sus primeros trabajos científicos, y es posible saber más sobre cómo fueron evolucionando las inquietudes científicas que más tarde marcarían su trayectoria como investigador.
Jiménez Shuchmacher también ha destacado la parte de la exposición dedicada a los discípulos aragoneses del científico, como su propio hermano, Ramón, que investigó el sistema nervioso de peces, reptiles o anfibios, Jorge Francisco Tello, que ocupó sus cargos académicos tras su muerte, o Rafael Lorente de Nó, a quien el Ayuntamiento le dedicará una calle en el entorno de la Avenida de Cataluña.