Según la última actualización de la Confederación Hidrográfica del Ebro, las unidades territoriales de los ríos Huerva, y Guadalope, en Teruel, se mantienen en situación de emergencia por escasez, debido a la reducción del agua almacenada, y en situación de sequía prolongada, porque está lloviendo por debajo de la media de otros años.
Las pocas reservas obligan a limitar los riegos de unas 1.200 hectáreas en el entorno del Huerva y en otras 20.000 en el Guadalope. El jefe de la planificación de la CHE, Miguel García Vera, ha recordado que el abastecimiento de boca es la prioridad número uno. “Es un tema que está en primera fila para todas las administraciones. Los ayuntamientos ya están pidiendo ayuda para mejorar sus sistemas de abastecimiento. Hay peticiones de Diputación de Teruel para mejorar pozos y captaciones de agua subterránea en esta situación especialmente complicada”.
Aunque viene un verano seco y con pocas lluvias, desde la Confederación no prevén que la situación pueda ser tan preocupante en otras zonas de la provincia de Teruel como el Jalón y Matarraña. Mientras tanto, en la margen izquierda del Ebro la situación sigue siendo favorable, y en global, estamos dentro de la normalidad. García ha explicado que el 12% de la cuenca está en sequía prolongada. Es un porcentaje “normal” echando un vistazo a la serie histórica. El año pasado por estas fechas, el 85% de la cuenca sufría sequía prolongada.
La CHE prevé que, a causa de la falta de lluvias, este verano sea necesario suministrar agua a algunos pueblos fuera de la regulación, en las cabeceras por ejemplo, que captan de pequeños manantiales. Es algo normal. Vera ha detallado que el 10% de los pequeños municipios necesitan ser abastecidos al menos una vez cada seis años, ya sea por falta de agua o por problemas de calidad.