En 2023, el Colegio de Médicos de Zaragoza notificó quince agresiones a facultativos, pero solo ocho fueron denunciadas y tres personas fueron detenidas por esos hechos. Las cifras son similares a las del año anterior – se registraron diecisiete agresiones – pero no todos los casos se ponen en conocimiento de las fuerzas y cuerpos de seguridad.
Por eso, las autoridades insisten en la necesidad de denunciar para visibilizar la dimensión real del problema y lograr indemnizaciones para los médicos atacados, órdenes de alejamiento o incluso penas de prisión para los agresores.
El Inspector jefe de Policía Nacional, Adolfo Barcelona, durante la rueda de prensa de presentación de los datos, ha insistido en que incluso las amenazas deben ser denunciadas para adelantarse a posibles agresiones físicas.
El colegio ofrece el teléfono 601 755 044, que funciona todos los días las 24 horas, para ofrecer acompañamiento y asesoramiento a los médicos víctimas de agresiones.
Según las cifras facilitadas por el Colegio con motivo de la celebración este 12 de marzo del Día Europeo contra las Agresiones a Médicos y Profesionales Sanitarios, el año pasado en Zaragoza y provincia fueron agredidos siete hombres y ocho mujeres, siendo el tramo de edad de entre 46 y 55 años el más afectado. Seis de los casos se registraron en Atención Primaria. Aunque la mayoría de las agresiones fueron amenazas o coacciones, también los médicos sufrieron insultos o vejaciones. Además, en cinco de los casos se produjeron daños materiales en las dependencias sanitarias.
En la provincia, la Guardia Civil realizó el año pasado 124 actuaciones por agresiones a personal sanitario (no solo médicos), 52 más que el año anterior.
Estas agresiones de pacientes o sus familiares, motivadas por discrepancias con la atención o diagnóstico, al mal funcionamiento del centro o la demora en la atención, afectan personalmente al profesional y al funcionamiento de su entorno laboral. Margarita Lapeña, asesora jurídica del Colegio de Médicos, ha explicado que, en algunos casos, por ejemplo, los facultativos tienen miedo de hacer visitas domiciliarias por ejemplo. Las agresiones pueden provocar insomnio, crisis hipertensivas o malestar emocional.