Cerca de 65.000 vacas trashumantes buscan pastos frescos en zonas altas
El sector de la ganadería extensiva, que sigue sufriendo la pérdida de cabeza, capea los efectos de la falta de agua en los pastos y reivindica apoyo a la administración para garantizar una actividad que garantiza una producción eficiente y sostenible de carne.
Cada verano, en Aragón, unas 65.000 vacas son desplazadas a zonas altas para pastar en la montaña. Unas 17.000 forman parte de explotaciones turolenses, y el resto, de la provincia de Huesca. Mañana, unas 800 reses van a ser trasladadas desde los Llanos del Hospital, en el valle de Benasque, hasta la zona de la estación de Cerler, para que puedan acceder a pastos frescos. Este movimiento tradicional del ganado trashumante, que data de hace 7.500 años, se está viendo afectado, en Teruel, por la falta de agua.
El responsable de vacuno extensivo de UAGA, Joaquín Gargallo, detalla que es complicado a veces encontrar lugares donde poder alimentar a los animales. “El problema en la ganadería extensiva se centra en las sierras de Gúdar-Javalambre y Maestrazgo”, ha explicado. “No sólo buscamos mejores pastos sino también disponibilidad de agua. Es un problema serio porque desde hace más de un año muchos manantiales están secos. Las movemos a zonas donde alguna pequeña tormenta ha llenado las balsas”.
Es otra dificultad para un sector que destaca por la producción eficiente de alimentos, capaz de "adaptarse a las situaciones y recursos disponibles". En diez años, se han perdido un millón de cabezas de ovino en Aragón, y centenares de explotaciones de bovino se ven cada año abocadas al cierre, por entre otros factores, los bajos precios que comprometen la rentabilidad de los productores.
La vendimia en Campo de Borja
La falta de agua también ha afectado a los viñedos del Campo de Borja. Aún así, la denominación de origen prevé recoger este año en la vendimia entre 21 y 22 millones de kilos de uva, una cifra similar a la del año pasado. Es una de las denominaciones que más tarda en España en culminar la vendimia, porque la variedad autóctona, la garnacha, tarda meses en madurar. La campaña se inició con las primeras variedades blancas hace unos días y culminará en noviembre, previsiblemente. El presidente de la Denominación Campo de Borja, Eduardo Ibáñez, destaca que pese a todo, este año se prevé una gran calidad en la uva, gracias a que no han proliferado las enfermedades.
Ya preparan, además, la Fiesta de la Vendimia que, coincidiendo con el Día de la Garnacha, se celebrará el 15 de septiembre.