En Zaragoza, el presidente nacional de CEPYME, Gerardo Cuerva, ha calificado esa medida de “intervencionista”, porque resta a los empresarios capacidad de decidir sobre sus propios negocios. Además, considera que no se han medido las consecuencias de esa reducción, que no contribuye ni a mejorar el empleo ni a afrontar los problemas que ahogan en el día a día a aquellos que generan empleo y riqueza.
En la misma línea, el catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza, Marcos Sanso, ha explicado que cuando las empresas francesas redujeron su jornada, el aumento de los costes laborales provocó una mayor inflación e incluso hubo una pérdida de empleo. Por eso, cree que en España, ahora mismo, no es una medida conveniente.
En cambio, el responsable de Acción Sindical de CCOO, Pablo Castillo, cree que se ha armado mucho ruido cuando la jornada laboral es inferior a las 40 horas. Castillo ha recordado que, según las últimas estadísticas del Ministerio de Trabajo, los convenios de empresa ya recogen una jornada media de 37 horas y media, y en los convenios sectoriales la media también está por debajo de las 39 horas semanales.