La campaña de incendios forestales se ha cerrado con un balance positivo, gracias a unas condiciones meteorológicas favorables. Entre el 1 de enero y el 15 de septiembre, se registraron en Aragón 366 incendios, de los cuales el 75% se quedaron en conatos, y se calcinaron 550 hectáreas de superficie forestal, una cifra muy inferior a la media histórica, situada en las 3.120 hectáreas.
En el periodo de máxima activación, que coincide con el verano, se produjeron 156 incendios, entre los cuales destaca el ocurrido en Graus el 23 de julio, donde se quemaron 155 hectáreas. El 15 de agosto, festividad de la Virgen, fue el día de mayor estrés para el dispositivo, ya que hubo que realizar hasta 18 intervenciones, motivadas sobre todo por la ola de calor y las tormentas eléctricas.
Respecto al origen del fuego, un 40,4% de los incendios se debieron a accidentes y negligencias, un 37,2% a la caída de rayos y un 7,1% fueron intencionados. El jefe de Servicio de Gestión de los Incendios Forestales y Coordinación, Jorge Crespo, también ha destacado los ejercicios de coordinación con Cataluña, que servirán para crear un nuevo protocolo pionero para escenarios de mando único de extinción.
La propuesta de reestructuración del operativo contra incendios, que contempla agrupar las 62 cuadrillas actuales en solo 35 bases, podría presentarse de forma oficial antes de que finalice el año.
Después de que varios alcaldes y presidentes comarcales se hayan posicionado en contra de ese ajuste, el director general de Gestión Forestal, Diego Bayona, ha reconocido hoy que esas protestas han servido para mejorar el proyecto, en el que ya se han incorporado 120 aportaciones mediante el proceso de participación ciudadana. Bayona ha insistido en que la propuesta que se filtró no era definitiva, aunque reconoce su intención de reagrupar las cuadrillas en unidades de trabajo mayores, para optimizar los recursos y ganar en seguridad.