Zaragoza |
El estudio realizado por el Observatorio Social de la Fundación La Caixa no avanza un futuro muy halagüeño si se tiene en cuentas variables como reducción de precipitaciones, aumento de temperaturas, más olas de calor, despoblación y cambios también en el comercio agrícola. Sergio Villamayor, investigador del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona y autor de este estudio, explica que hay que ser realista ante esta situación que refleja el estudio.
A través de los mapas que se han establecido, se ha observado que no se puede dibujar una única España o un único Aragón despoblado, sino que hay varios escenarios basados en las tres amenazas principales: el cambio climático, la despoblación y la globalización agrícola. Un escenario que ha de ayudar a que se “ponga manos a la obra y se trabaje con políticas integradoras”, como indica Villamayor.
Se ha visto que estas amenazas no son exclusivas de un territorio, sino que se pueden solapar. Por estudios anteriores, se ha comprobado cómo la globalización de los mercados agropecuarios está empujando a las explotaciones agrícolas a ser más grandes y productivas abandonando así otras zonas que nos menos productivas. Esto puede llevar a la desertización y contribuye a que se sea menos resiliente ante el cambio climático.
Otro ejemplo que pone el investigador es que la mecanización de las actividades agrícolas puede desplazar a la gente joven que busca una salida para asentarse en el medio rural.
En el estudio se establecen cuatro tipos de España: