Zaragoza | 07.11.2023 09:18
Cada invierno suelen quedarse en la laguna de Gallocanta, entre las comarcas de Daroca y el Jiloca, entre 15.000 y 20.000 grullas. Pero según el último censo realizado, de momento, a tierras aragonesas, han llegado muchas menos aves de las que es habitual para estas fechas. Desde la Asociación Amigos de Gallocanta,Uge Fuertes, explica que cualquier otro año ya habrían llegado en torno a 7.000 grullas, pero en esta ocasión apenas han llegado una 300.
La causa se puede deber a las borrascas que se están viviendo entre finales de octubre y principio de noviembre, ya que el viento desfavorable impide que puedan llegar desde el norte de Europa. Fuertes cuenca cómo suelen venir de Noruega, Finlandia, Alemania o Suecia y este año se ha producido un “tapón” en Francia debido a las condiciones desfavorables del viento que les impiden cruzar los Pirineos.
Desde la Asociación Amigos de Gallocanta se promociona momentos como la Fiesta de la Bienvenida o de la Despedida que potencia el turismo, siempre de forma sostenible. El perfil del visitante ha cambiado en los últimos años, ya que al comienzo eran ornitólogos y ahora son familias y hay mucha documentación y programas de educación medioambiental.
Las grullas son un atractivo, mucho más que aves, como explica Fuertes, ya que son animales sobre los que giran muchas historias atractivas. Aunque no sólo las grullas son el atractivo de Gallocanta, también lo son los flamencos que se han asentado y han conseguido criar en este entorno de Aragón. Y el propio paisaje, la altiplanicie en la que se encuentra la laguna y que ofrece unos atardeceres envidiables e inolvidables.