La dimisión del hasta ahora CEO de Stellantis, Carlos Tavares, ha desatado una tormenta en el sector de la automoción. Desde que se hizo pública la noticia anoche, la compañía se ha desplomado más de un 8% en la Bolsa de Milán. Tavares será sustituido por John Elkan, presidente de Stellantis, hasta que sea elegido el nuevo consejero delegado.
El presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón, ha valorado que los cambios en las directivas son normales y no cree que afecten al proyecto estratégico de la multinacional de la automoción en Aragón: la gigafactoría de baterías eléctricas en Figueruelas, para la que la compañía ha captado fondos del PERTE de la automoción. “Lo único que nos aleja de ese anuncio es la relación con China”, ha dicho Azcón, en referencia al acuerdo al que Stellantis debe llegar con CATL. “Seremos capaces de salvar ese problema dentro muy poco”. Según su información, el anunció de esa alianza, que derivará en una inversión de 4.000 millones de euros en la factoría zaragozana, se producirá “antes que después”.
La salida de Tavares se produce en un contexto complicado en el que la compañía se ha visto obligada a hacer ajustes de empleo y producción por las bajas ventas de vehículos eléctricos. El presidente del comité de empresa de la planta de Stellantis en Figueruelas, Rubén Alonso, espera que estos cambios no afectan a proyectos pendientes de ser confirmados, como la mencionada gigadactoría, o a los proyectos de electrificación mediante la instalación de la plataforma STLA. Por otro lado, cabe recordar que ya se ha aplicado la supresión del turno de noche en montaje final para ajustar el empleo al descenso de producción. Los trabajadores han sido trasladados a otros turnos de mañana y tarde.