De forma paralela a la A-68 nos encontramos con la Autopista del Ebro, la AP-68, entre Zaragoza y Bilbao. La autopista más cara de España y la cuarta de Europa. Con un coste medio de 32,72 para recorrer los 295 kilómetros. Precisamente por eso, poco transitada por los vehículos más pesados. Y según datos del Ministerio de Transporte, en 2019, antes de la pandemia, registró 14.078 desplazamientos.
La concesión de la AP-68 corresponde a Abertis, a través de Avasa, hasta 2026, fecha en la que podría levantarse los peajes y convertirse en una autovía gratuita como a partir del próximo mes de septiembre pasará en la AP-2 (Zaragoza-Mediterráneo) y en dos tramos de la AP-7 a su paso por Cataluña.
Mario Arnaldo, presidente de Automovilistas Europeos Asociados, explica que sólo las autopistas que enlazan París y Marsella, Milán y Nápoles y Bodo y Oslo son más caras que la española, con unos costes de 58, 56 y 50 euros, respectivamente, según los datos recabados en un informe por la matriz británica de Northgate Renting Flexible.