Aragón ha entrado de lleno en una nueva ola de la pandemia, que en nuestro caso ya es la cuarta, porque a diferencia del resto de España alcanzamos un pico muy relevante en el mes de julio. En las últimas horas se han notificado 838 contagios y el 21% de las pruebas diagnósticas tienen resultado positivo. Ante esta situación, el Gobierno autonómico ha aprobado nuevas restricciones, que entrarán en vigor este sábado, 16 de enero, y se mantendrán hasta el 15 de febrero.
En primer lugar, se confinan perimetralmente nueve municipios: Zaragoza, Huesca, Teruel, Calatayud, Ejea de los Caballeros, Tarazona, Alcañiz, Utebo y Cuarte de Huerva. En todos ellos, se ha superado o está a punto de superarse la incidencia de 250 casos por cien mil habitantes en siete días.
Además, las agrupaciones sociales se limitan a un máximo de cuatro personas, en espacios públicos y privados; el toque de queda se adelanta a las diez de la noche y el cierre de las actividades no esenciales se fija a las seis de la tarde, de viernes a domingo.
Estas nuevas medidas se han tomado al constatar que la curva de contagios lleva días subiendo en Aragón y va a seguir haciéndolo. La incidencia acumulada en la última semana se sitúa ya en los 329 casos por cada cien mil habitantes y esto significa que en apenas 15 días se ha duplicado.
En los hospitales, de momento la situación está lejos de ser crítica. Ahora mismo los enfermos de Covid ocupan el 11% de las camas convencionales y el 25% de las UCI. Esos indicadores están mejor que en otras oleadas, en parte debido a que los contagios actuales se concentran en personas más jóvenes. El director general de Salud Pública, Francisco Falo, cree que Aragón está mejor que otras comunidades pero "no podemos confiarnos".
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