Los agricultores aragoneses ya han comenzado la recolección de la oliva y, según las previsiones que han trasladado al Ministerio, en esta campaña estiman una producción de unas 11.500 toneladas. Esa cifra supone un incremento del 57% respecto a la desastrosa campaña de 2022, pero está muy por debajo de las de años anteriores.
El representante de ASAJA, Óscar Belmonte, ha puesto como ejemplo las comarcas del Bajo Aragón, Bajo Martín y Andorra-Sierra de Arcos, donde apenas recogerán el 40% de una cosecha normal. Esto va a hacer que los precios del aceite de oliva se mantengan altos.
Incluso cuando aumente la disponibilidad de esa materia prima, Belmonte cree que en los lineales de los supermercados no bajarán los precios. El motivo es que no hay cosecha suficiente en España y eso provocará que los precios se mantengan, por lo menos hasta el próximo mes de mayo, cuando ya se pueda prever la siguiente cosecha.