Las perspectivas de los directivos aragoneses para el próximo semestre empeoran respecto a sus previsiones de hace seis meses. Según el Indicador de Opinión de ADEA, el 42,4% cree que se reducirá la plantilla de su empresa, el 31,8% piensa que caerán sus ventas y el 37% ve con pesimismo la evolución general de la economía aragonesa.
Los directivos también pronostican una enorme dificultad para obtener financiación y solo un 5,6% cree que mejorará nuestra economía. La inflación y la incertidumbre por la duración de la guerra en Ucrania son las dos grandes preocupaciones, según la encuesta de ADEA.
Su presidente, Salvador Arenere, defiende una “flexibilización” fiscal. No se opone a un pacto de rentas, pero advierte de los riesgos de aumentar los salarios: "Si no se hace bien, podría hacer que aumentara aún más la inflación. Además, si las empresas pierden competitividad, aunque algunos empleados cobren más, se puede estar poniendo en riesgo la viabilidad de la compañía".
Según la encuesta de la Asociación de Directivos, el incremento en los contagios de coronavirus es una de las razones de que estén empeorando las perspectivas económicas. El secretario general de ADEA, José Guillén, señala que se preveía un verano extraordinario para el sector turístico, pero el Covid está provocando muchas cancelaciones. "De hecho, la ocupación de esta primera quincena de julio no está siendo la esperada", ha explicado.