Zaragoza | 30.09.2024 18:09
El escritor aragonés Luis Zueco propone en su última novela un viaje que invita al lector a viaje a través del tiempo y de un territorio todavía desconocido, pero también le conduce por intrigas palaciegas, alianzas matrimoniales y planes para dominar ese mundo que comenzaban a explorar. El título de esta aventura es “El mapa de un mundo nuevo” y son varios los mapas protagonistas, desde el de 1494, con el que comienza la novela, hasta el de Ptolomeo de 1474 o al de la Carta de Juan de la Cosa de 1500.
Estos mapas son esenciales, como explica Zueco, para situarnos en el momento en el que transcurre la acción y en cómo era la percepción del mundo que tenían los españoles de los siglos XV y XVI. Para el autor, se sabía que el mundo era esférico, pero lo que no tenían claro era el diámetro, pensaban que había unas islas en el centro del Pacífico en las que hacer escala y llegar a Oriente, pero no lo había hecho.
Para Luis Zueco, el viajar es algo intrínseco a la condición humana y antiguamente se viajaba más que ahora, en proporción, y era toda una aventura. Tanto era así que hasta se hacía testamento antes de partir por lo que pudiera suceder. A finales del siglo XV y comienzos del XVI el escritor explica que se estaba produciendo un cambio de mentalidad y una inquietud que dieron como consecuencia los grandes viajes.
Aunque “El mapa de un mundo nuevo” es un homenaje a los viajes, hay dos claros protagonistas: un cartógrafo y una mujer a la que le motiva la venganza. Quiere vengar la muerte de su padre y está dispuesta a realizar cualquier cosa por llevar a cabo su misión, desde las mayores barbaridades a las hazañas más increíbles. Y entre tanto, han de resolver un gran misterio de la época.
La Reina Isabel la Católica es también protagonista en esta novela como lo fue en la anterior, “El tablero de la Reina”. En esta ocasión, 20 años después, la reina ha cumplido sus grandes hitos convirtiéndose en la mujer más poderosas de España y una de las tres más influyentes de la humanidad. Pero aún así tiene un plan: dominar el mundo. Con esta misión en mente y sabiendo que ella no llegará a hacerlo, mueve todas las piezas para que sus descendientes sean la mayor potencia del mundo.