Huesca |
En la ruta del románico por Aragón hay una serie de visitas que son imprescindibles como las que propone Carlos Díaz en Viajar por Aragón. Nos lleva hasta las iglesias del Serrablo. Tempos situados en enclaves singulares en los que el entorno ya suponen todo un atractivo. Una visita que asombra a todo el que la hace, e incluso, como cuenta Díaz, los extranjeros se quedan asombrados de la riqueza patrimonial que suponen y que no sean conocidas.
En los años 60 hubo un auge de la industrialización en Sabiñánigo y con la llegada del Canfranero, lo que hizo que muchas personas del Alto Gállego, el Serrablo o el Valle de Tena se desplazaran a vivir a esta localidad. Esto provocó el abandono de muchos pueblos, de sus ermitas y de grandes pardinas que todavía hoy se encuentran en estado de ruina.
Conocedores de la riqueza patrimonial que suponían estas iglesias, un grupo de personas se unió y crearon la Asociación Amigos del Serrablo para recuperar todas esas iglesias. Carlos Díaz que son muchos los aspectos que las hacen especiales como pueden ser elementos arquitectónicos que parecen musulmanes. En total son 30 iglesias que se han dato entre los años 950 y 1050 y hay algunas que están en el monte y otras en los cascos urbanos.
Algunas de ellas son San Juan de Busa o la iglesia de San Miguel de Latre o la de Lárrede. Una propuesta que también hace Carlos Díaz es visitar otros enclaves para completar el vieja, como el Museo de Ángel Orensanz en el que se puede conocer cómo se vivía y trabajaba no hace tantos años, o el Museo del Dibujo en el Castillo de Larrés, con una exposiciones de 380-400 dibujos de un catálogo de 5.000 que van renovando.