La investigación se inició cuando la Guardia Civil tuvo conocimiento de una plantación debido al fuerte olor que desprendía el cultivo. Tras los indicios recopilados y observar enganches ilegales al fluido eléctrico, los agentes realizaron una entrada y registro en la finca.
Entre los diferentes habitáculos de la finca se hallaron un total de cinco plantacione, las cuales contenían un total de 530 plantas de marihuana en distintos estados de evolución.
Además, los agentes encontraron cajas con 4,5 kilos de cogollos dispuestos para su venta, así como fertilizantes, herramientas y útiles para la dosificación y corte de la droga. Los detenidos junto con la identificación de los investigados y efectos aprehendidos, fueron puestos a disposición de la autoridad judicial pertinente.