Gana Carrasco, pierde Benavente
La vida sigue igual, que diría el gran Julio Iglesias. Por sexta vez, Del Nido Benavente no pudo votar con sus acciones y en el Sevilla siguen mandando su hijo, Pepe Castro y sus socios. Aunque esta vez, el triunfo de los actuales rectores fue más contundente porque "los americanos" miraron para otro lado.
Fue la sorpresa de la junta de accionistas. Del Nido criticó una serie de maniobras encaminadas a que los americanos cambiaran de opinión y se alinearan con su hijo. Y al final, ni una cosa ni otra. Se abstuvieron, lo que, por ejemplo, provocó que tres años después se aprobaran unas cuentas en el Sevilla. Cuentas fuertemente criticadas por la gran mayoría de los intervinientes. Y es que las perdidas del pasado ejercicio rozan los 82 millones de euros, lo que significa que en los últimos años se han esfumado más de 167 millones de euros. Los fondos propios negativos ascienden a 65 millones.
El presidente ya anunciaba al comienzo de la junta que no permitirían el voto de Benavente, agarrándose al famoso pacto de 2019. Y eso llevó al consejo a continuar al frente del club nervionense, modificando algunas piezas. El máximo órgano de la entidad ahora está compuesto por 8 miembros: Del Nido Carrasco, José Castro, Luis Castro, Jorge Marín, Francisco Guijarro, Javier Uruñuela, Carolina Alés y otro consejero que designará el presidente. Sale, por tanto, Enrique de la Cerda, consejero alineado con Del Nido Benavente, que incluso abandonó la mesa para sentarse junto al expresidente en el patio de butacas antes de finalizar el acto.
Benavente anunció que esta prohibición del voto a la que fue obligado es distinta a las demás, porque el pacto de las minorías ya ha expirado, y entiende que "están cometiendo un delito de desobediencia al juzgado y otro societario, así que interpondré una querella criminal". Su hijo declaró que "eso ya lo ha hecho otras veces con Pepe Castro y no pasó nada. Esa no es la solución. Yo le vuelvo a tender la mano publicamente. Ojalá los díscolos recapaciten y vuelvan con los sevillistas". Su padre se quejó de que le negaran "el derecho de voto y con ello han sacado adelante todos los puntos del orden del día, incumpliendo la legalidad, incumpliendo las innumerables sentencias que existen de los tribunales de lo mercantil y de los juzgados de primera instancia de Sevilla. No habrían ganado ni un solo punto del orden del día si no me privan del derecho de voto de mis acciones. Para que el caciquismo fuera absoluto, me han llegado a privar hasta del derecho de voto en la concesión de la insignia de oro y brillante a nuestro Jesús Navas. Serán los tribunales los que tendrán que dirimir esa decisión". Incluso avisó de que solicitará una nueva junta, que podría tener lugar en marzo, para intentar de nuevo el asalto al poder.
Eso sí, no queda claro si la paciencia y las fuerzas serán infinitas. Preguntado por la opción de que aparezca una tercera vía, señaló que "la tercera vía sevillana puede existir. Atesoro y represento 47.000 acciones del Sevilla, lo primero que tienen que hacer es sentarse conmigo. Si alguien tiene 200, 250 millones de euros, y nos acredita la solvencia económica y la capacidad para dirigir al Sevilla FC, escuchamos a todo el mundo. No digo que esté dispuesto a vender, digo que escuchamos. Si viene un empresario de primer nivel con un proyecto mejor que el mío, yo escucho a todo el mundo".