Tras salir de su sede canónica, la Iglesia de Santo Domingo, Nuestro Padre Jesús de la Humillación callejea por su barrio del Perchel antes de encarar el recorrido oficial.
En el Llano de la Trinidad, los vecinos de su barrio le reciben con saetas y vítores. Tres toques de campana, indican que se avecina pulso. Hombres de trono preparados y, con una mano, suben al Señor.
Unos instantes, a ritmo de malagueña, que nos llegan de la mano de Isabel Sánchez.