Acuerdo en el desalojo de Azacayas

Okupas y propietarios del edificio de Azacayas alcanzan un acuerdo que retrasa el desalojo dos meses tras una tarde de tensión

La protesta en la calle Azacayas, frente al intento de desalojo de un bloque okupado por el colectivo La Madriguera, culmina en un acuerdo que permitirá a los ocupantes permanecer en el inmueble durante dos meses más.

Redacción

Granada |

La calle Azacayas, una de las principales arterias paralelas a la Gran Vía de Granada, fue escenario de una protesta que se tornó tensa debido al intento de desalojo de un edificio histórico ocupado por el colectivo La Madriguera. Durante horas, decenas de personas se concentraron frente al inmueble, apoyando a los okupas que, parapetados bajo una improvisada carpa hecha de plásticos y cartones, resistían la intervención de una empresa especializada en desocupación.

La lluvia y el frío no impidió que los manifestantes, entre los que abundaban bebidas alcohólicas como litronas y calimochos, se mantuvieran firmes. Algunos incluso tejían en plena calle, como si nada pudiera alterar la tranquilidad que intentaban mantener. Sin embargo, la situación pronto se tensó cuando desde los balcones del edificio se arrojaron cubos de agua sucia y orina sobre los operativos de desalojo. La intervención de la policía, destinada a separar a los manifestantes de los ocupantes, generó más conflictos, con gritos e insultos contra los agentes, quienes incluso fueron agredidos con una litrona de cerveza.

Tras varias horas de enfrentamientos, la tensión alcanzó su punto máximo a medida que la empresa AMA Desocupa intentaba, sin éxito, continuar con la operación. Finalmente, a medianoche, las negociaciones entre okupas y propietarios llegaron a un acuerdo: los miembros de La Madriguera podrán permanecer en el edificio durante dos meses más, tiempo en el cual deberán organizar su salida definitiva.

En declaraciones a Onda Cero Granada, la portavoz del colectivo La Madriguera ha asegurado que el acuerdo será respetado y que abandonarán el inmueble dentro del plazo acordado. Los okupas, que utilizan el espacio para realizar actividades culturales y talleres, como danza y pintura, han insistido en la necesidad de contar con un centro social alternativo en la ciudad.

El incidente dejó como saldo un detenido por resistencia a la autoridad, varios heridos y el desistimiento de la empresa de desalojo.