La arqueometría también demuestra que la Curia de Pompeyo en Roma tuvo varias fases constructivas
Investigación ítalo-española emplea técnicas arqueométricas para analizar materiales de construcción y establecer un método de datación indirecto de sus estructuras arqueológicas
La Curia de Pompeyo fue una de las grandes salas de reuniones de gran relevancia histórica en la República Romana. Ubicada en el flaco oriental del antiguo Pórtico de Pompeyo, entre sus muros, los senadores de la antigua Roma lidiaban en reuniones privadas con asuntos de alta política.
Lo que ahora es un yacimiento visible para viandantes que circulan por la plaza romana de Largo Argentina, tuvo, en realidad, varias fases constructivas que abarcan desde la época del mismo Pompeyo hasta tiempos medievales. Esto es, al menos, lo que ha corroborado un estudio realizado por un equipo de investigación ítalo-español en el que ha participado la Universidad de Córdoba.
Este hecho ya había sido confirmado previamente por estudios los estratigráficos desarrollados por el equipo español que entre 2013 y 2017 trabajó en el yacimiento. Ahora, se han ratificado estas conclusiones desde el punto de vista de la arqueometría, otra disciplina científica distinta aplicada a la Arqueología que emplea técnicas de análisis físicos y químicos sobre los materiales arqueológicos
El trabajo ha analizado muestras de mortero del monumento, es decir, el conglomerado que se empleó para aparejar los distintos elementos de construcción. Los resultados han permitido establecer un método de datación indirecto que concluye que, efectivamente, la Curia de Pompeyo tuvo varias fases de construcción diferenciadas.
La primera de ellas, según los resultados del estudio, fue en época del mismo Pompeyo, en torno al 55 A.C. Por otro lado, las muestras analizadas indican que el monumento contó también con una segunda fase de construcción, que debe situarse alrededor del 19 A.C, en tiempos de Augusto, primer emperador romano. Por último, también se ha documentado una última etapa de edificación en el periodoalto-medieval.
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La datación de estas etapas se ha establecido de forma indirecta gracias al conocimiento de la procedencia de los materiales con los que se construyó el monumento. El análisis de las composiciones de las muestras analizadas ha permitido a los autores, F. Marra, E. D´Ambrosio, M. Gaeta y A. Monterroso-Checa conocer las canteras de proveniencia. Composiciones y fechas de extracción en las canteras han permitido saber que hubo distintas fases cronológicas en la utilización de estos materiales de construcción.
Todo ello es así debido a que existe una clara distinción entre la composición de las muestras atribuibles a la primera fase constructiva y a las de las etapas augustea y medieval. Por ejemplo, mientras que en la etapa inicial del monumento se utilizó exclusivamente un material conocido como puzolana rosa extraída de los depósitos volcánicos del interior de Roma, en las muestras atribuibles a la segunda fase de construcción se aprecia sin embargo vidrio volcánico, que es característico de otra pozzolana rosa distinta que, debido a la expansión del urbanismo, se extrajo de zonas más lejanas del centro monumental de la ciudad.
De esta forma, el trabajo, publicado en la prestigiosa revista Archaeometry de la Universidad de Oxford, confirma desde una óptica diferente las distintas fases de construcción del edificio donde murió Julio César, uno de los políticos y militares más importantes de la historia, un hecho relevante no sólo desde el punto de vista de la arqueología sino también para el pasado de Roma.
La investigación ha contado con la colaboración de la Sovrintendenza Capitolina, organismo gestor del yacimiento, la Universidad de Córdoba, el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología de Italia y Universidad de Roma La Sapienza. Y ha sido financiada por dos los proyectos, HAR 2011 25705 y HAR2013 41818P, del Plan Nacional I+ D de Ministerio de Ciencia e Innovación de España.