A qué partidos beneficia una baja participación en las elecciones en el País Vasco
El día 21 de abril los vascos están llamados a las urnas y la participación puede marcar el resultado final de los comicios.
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Madrid |
Este domingo, se celebran las elecciones en el País Vasco a las que están llamados 1,7 millones de ciudadanos de la comunidad. Así, podrán depositar su voto en las 2.695 mesas electorales dispuestas para que vascos y vascas elijan a los 75 representantes del Parlamento Vasco y den luz sobre el futuro Gobierno que se gestará, casi con toda seguridad, con alianzas postelectorales.
En las últimas elecciones autonómicas vascas, en pleno contexto post pandemia, un 49,22% de la ciudadanía optó por no votar. Es un porcentaje altísimo de abstencionistas, si bien, el azote del Covid pudo estar detrás. En el otro extremo, las autonómicas del año 2001, en las que una campaña muy polarizada enfrentó a la entente Mayor Oreja-Nicolás Redondo contra Juan José Ibarretxe, con triunfo del que fue lehendakari del PNV. En aquella ocasión solo se quedó en casa el 22,5% de los llamados a votar.
El último referente, las elecciones generales de julio de 2023 -en las que el PSE se impuso en votos- arrojaron una participación en Euskadi del 67,61% de la ciudadanía. Con todo, suele ser habitual que en las autonómicas vascas el porcentaje de sufragios sea menor que en las generales.
Según el último sondeo del CIS, el 19% de los electores vascos no ha decidido aún a qué partido votar. Por otra parte, un 16,9% no se decantará hasta la última semana de campaña; un 5,1% dice que lo hará durante la jornada de reflexión y un 6,9% que se esperará hasta el mismo día de las elecciones.
Votos en blanco
En general, en todas las elecciones, los votos en blanco suelen beneficiar a los partidos mayoritarios. También ocurre esta circunstancia cuando la participación es alta. Por ello, políticos como el presidente del PNV, Andoni Ortuzar, ha mostrado su deseo de que el 21A vote por encima del 65% del electorado.
Es sabedor de que en los últimos tiempos el electorado de EHBildu ha demostrado tener una fidelidad inquebrantable, mientras que el del PNV se ha mostrado más volátil. Otro detalle a tener en cuenta es que, aunque los votos nulos no cuentan, los votos en blanco sí, por lo que las opciones minoritarias -Sumar, Elkarrekin Podemos o Vox- pueden tener más caro el logro de un diputado, sobre todo en Álava, con lo que saldrían beneficiadas las formaciones mayoritarias.
Otra de las dudas, recae en el papel que jueguen los 75.634 jóvenes que se incorporan por primera vez al censo electoral. Es sabido que un porcentaje alto se suele quedar en casa y que habitúan a votar a partidos de izquierda. Con todo, la campaña puede polarizarse aún más y las llamadas al 'voto del miedo' pueden activarse. En ese caso, peligraría menos la histórica hegemonía, elección tras elección, del PNV que, de momento, ve como EH Bildu -a la espera de futuros pactos- puede conseguir un simbólico 'sorpasso' que mediatizaría toda la próxima legislatura.