Sánchez echa mano a su "Manual de resistencia" y Feijóo busca el voto en circunscripciones pequeñas

Motores a todo gas en la primera jornada del último fin de semana de campaña con los dos principales candidatos, Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, lanzados a por sus respectivos electorados, a los que ambos han advertido de que la abstención es un voto para el rival.

Sánchez ha recurrido este sábado a su "Manual de resistencia" y mucho más enérgico que en los pasados días, dejando atrás la decepción que supuso el cara a cara del pasado 10 de julio con el líder popular, ha proclamado en un mitin en Valencia que "merece la pena".

En el Palacio de Congresos de Valencia y ante un público entregado que le ha ovacionado en pie, ha bromeado incluso al jugar con "la falsa disyuntiva" del PP "o Sánchez o España" para cambiarlo por un "o Feijóo o la paella valenciana".

Sábado de circunscripciones pequeñas, esas que reparten 4 diputados (caso de esta mañana en Álava o La Rioja) o territorios como Navarra donde hay cinco escaños en juego. Provincias en las que el PP fía la dimensión de su victoria. Si el mensaje capital de estos días allá donde se ha personado Feijóo ha sido concentrar el voto en su partido, en la comunidad foral ese propósito cobra más importancia. No en vano aquí la derecha tiene que compartirla con la principal fuerza que es UPN (tradicional aliado de los populares) y con VOX. Pese a que de esa división los socialistas salen ganando, Feijóo ya ha metido el plato grande allí donde va pide a todos que elijan su papeleta.

En Pamplona lo ha hecho contando a los navarros que, siendo el único candidato con opciones de ser presidente, ergo solo él puede desenmascarar desde La Moncloa los pactos del PSOE con Bildu que convierten a esta región en moneda de cambio para, por ejemplo, “presos por presupuestos” o “echar a la Guardia Civil”. En la ribera del río Arga el Partido Popular ha rechazado que Navarra sea la tierra probeta de los juegos entre socialistas y abertzales.

En los jardines pamplonicas de la Media Luna, con brisa y a 18 grados, hemos visto al líder del PP ponerse la chaqueta por primera vez en lo que va de campaña después de una semana tórrida que empezó con el Cara a Cara y terminará mañana por la tarde en Guadalajara. Antes estará al mediodía en Zaragoza, donde dormirá esta noche después de amanecer el sábado en Vitoria, comer en Logroño y ver atardecer en Pamplona.

Les pide que vayan a votar con ilusión y en positivo pero les azuza con el miedo a que gane Feijoó. Una curiosa contradicción de Yolanda Díaz o una urgencia de votos cuando ya camina la segunda mitad de la campaña.

En Vitoria, a donde todavía fue a pelear la posibilidad del último de los 4 escaños que reparte la provincia y que las encuestas le niegan, amenazó con austeridad y recortes, y acabó vaticinando la caída de España en recesión si el PP gana las elecciones.

En Gijón, desde donde confiaba asegurar el séptimo escaño de Asturias, insistió en la idea y afirmó que el programa económico de PP es el mismo que el de Vox.

Y al mismo tiempo, porque todos los votos empiezan a ser imprescindibles, apelaba a los indecisos y apelaba a los votantes decepcionados con el PSOE… o hasta a los del PSOE. “El voto útil es el de Sumar”, les dijo, “la garantía en un gobierno progresista”.

Santiago Abascal reconoce desde Guadalajara que cuando Pedro Sánchez habla de sorpresas se teme lo peor y se le hiela la sangre, porque el PSOE es capaz de cualquier cosa. No sólo por ser una formación que “ha comprado votos a cambio de dinero”, y que “durante el último siglo ha cometido todo tipo de fechorías, sino por ser el partido que ha pactado con los enemigos de España y que ha traicionado a los ciudadanos.

Los socialistas son capaces de todo, a juicio del candidato de Vox, incluso ha llegado a decir que “serían capaces incendiar Extremadura porque las competencias en el mundo rural son de Vox”. Ante sus simpatizantes en Guadalajara, Abascal ha calificado a Sánchez de “pajarraco” y “garrapata” que se agarra al poder cueste lo que cueste. El PSOE no es de fiar, asegura, pero tampoco los populares.

El líder de Vox lamenta además que Alberto Núñez Feijóo haya plasmado su firma en un pacto que da alas al sanchismo, y acusa al PP de tener 17 sucursales en España porque en unas comunidades pactan con responsabilidad y, en otras (como en Murcia) utilizan el chantaje.