En la primera jornada del debate de investidura, Alberto Núñez Feijóo ha entrado de lleno en el debate territorial. Tras comenzar su intervención mostrándose contrario a la amnistía, ha seguido hablando sobre la diversidad de España.
"Sé que España es diversa, pero con igual claridad digo que estoy harto de etiquetas de buen y mal español, de buen y mal gallego, buen y mal catalán", ha afirmado el líder del PP arrancando los aplausos de su bancada.
Asimismo ha declarado que por procedencia y experiencia no es necesario que nadie le explique que existen diferentes "sensibilidades ideológicas, territoriales y de idiomas".
Feijóo ha confesado que ser gallego es su forma de ser español y que es consciente de que existen otras. "En lo que a mi respecta España será una nación de ciudadanos libres e iguales" ha concluido.
Sobre sus intenciones futuras, ha declarado que la política no puede "normalizar el engaño sistemático" y se ha comprometido a no engañar a nadie: ni a los españoles que confiaron en él ni a ninguno de los partidos con los que llegue a acuerdos, tanto ahora como en el futuro.
"Debemos recuperar el valor que tiene la palabra dada y también el valor de las palabras. Yo no voy a disfrazar nunca como cambios de opinión lo que simple y llanamente son mentiras continuadas que la gente no merece", ha subrayado.