Madrid | 30.05.2023 07:12
Desde su convocatoria, hace meses, las elecciones autonómicas y municipales del 28M han sido consideradas como la primera vuelta para las generales. Sin embargo, en apenas 12 horas, lo que parecía una estrategia política más o menos acertada ha pasado a ser una realidad.
Ayer el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el adelanto de las elecciones generales, previstas para diciembre de este año, para el próximo domingo 23 de julio. Con este movimiento, Sánchez asume "en primera persona" los pésimos resultados obtenidos por el PSOE a nivel nacional y reconoce que la debacle electoral tiene un componente de castigo a su Gobierno.
La convocatoria de los comicios generales pilló de sorpresa a su propio partido. Fuentes de Ferraz han señalado que la decisión se gestó durante la noche del domingo, al conocer los datos del 28M.
Desde la Moncloa, Sánchez llamó a sus colaboradores más cercanos para trasladarles su decisión. El "núcleo duro" del presidente del Gobierno y líder socialista asegura que "tenía clara la decisión" de adelantar las elecciones.
Con su anuncio, el presidente ha logrado desviar del foco político y mediáticola derrota socialista y centrar todas las miradas en el 23 de julio. Además de responsabilizarse del batacazo electoral, Sánchez evita que su partido caiga en el pesimismo, trata de esquivar las críticas internas y retrasa la autocrítica.
Así, Pedro Sánchez desactiva la corriente crítica dentro del PSOE -sobre todo de los barones socialistas que han perdido sus gobiernos tras las últimas elecciones- y el próximo Comité Federal estará centrado en las generales, en lugar de hacer autocrítica.
Sin embargo, no todos en su partido comparten los argumentos del presidente para disolver las Cortes y adelantar los comicios. La lectura interna que hacen muchos barones y líderes territoriales del PSOE es que el adelanto electoral supone "una huida hacia delante de quien es consciente de que ya no está en condiciones de mantener la cohesión del partido", publica hoy 'La Razón'.
Una huida hacia delante de quien es consciente de que ya no puede mantener la cohesión del partido
Siguiendo esta línea, en el entorno de Emiliano García-Page -el único socialista que mantiene su mayoría en Castilla-La Mancha- aseguran que Sánchez "sólo piensa en sí mismo" y que la convocatoria de elecciones sólo certifica que en el PSOE "hay un problema estructural".
Con todo esto, las estructuras territoriales socialistas encaran la campaña de las elecciones generales desmovilizadas, por lo que la Moncloa se enfrenta en solitario al reto de reclutar el apoyo de líderes y militantes para revalidar su cargo como presidente del Gobierno.