ELECCIONES EUROPEAS

Por qué se vota en distintas fechas en las elecciones europeas

La votación en diferentes fechas durante las elecciones europeas es una característica distintiva de este proceso electoral.

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Miriam Méndez

Madrid |

Una persona mete su voto en la urna en un colegio electoral, a 28 de mayo de 2023 | Foto de archivo | A. Pérez Meca / Europa Press

Del 6 al 9 de junio, se llevarán a cabo las elecciones al Parlamento Europeo en todos los Estados miembros de la Unión Europea. En España, la votación para elegir a los representantes tendrá lugar el domingo 9 de junio, una fecha establecida por el Consejo de Ministros.

Durante estos comicios, los ciudadanos españoles seleccionarán a 61 eurodiputados para integrar el Parlamento Europeo, que estará compuesto por un total de 720 parlamentarios y cuyo mandato se extiende por cinco años.

En cuanto a la legislación electoral, cada país miembro aplica su propia normativa en las elecciones europeas. En España, este proceso se rige por la Ley Orgánica del Régimen Electoral General (LOREG), la misma ley que regula las elecciones generales y municipales en el país, aunque las comunidades autónomas pueden tener legislaciones propias, excepto Cataluña, que sigue la norma general.

A diferencia de otras elecciones, las europeas se caracterizan por contar con una circunscripción única y no requerir un porcentaje mínimo de votos para que los partidos puedan competir por representación.

La realización de las elecciones europeas en diferentes fechas es una particularidad de este proceso electoral transnacional, concebida para adaptarse a las tradiciones y normativas electorales de cada Estado miembro de la Unión Europea. Los países cuentan con la libertad de seleccionar el día que mejor se ajuste a sus necesidades dentro de un intervalo establecido de cuatro días, que abarca de jueves a domingo, para organizar sus votaciones para el Parlamento Europeo.

Ahora bien, ¿por qué se vota en diferentes fechas durante las elecciones al Parlamento Europeo?

Tradiciones nacionales

Cada país en la Unión Europea tiene sus propias costumbres, que pueden influir en la elección del día de votación. En muchos países europeos, como, por ejemplo, España, Francia, Alemania, Italia, Polonia y Portugal, votar los domingos es una práctica común para maximizar la participación electoral, y así evitar que el día de la votación coincida con la jornada laboral. Esta costumbre busca facilitar el acceso al voto a la mayor cantidad de electores posible.

Por otro lado, otros países pueden optar por días diferentes basándose en sus propias tradiciones históricas o conveniencias logísticas, asegurando que las elecciones se lleven a cabo en un ambiente favorable y accesible para todos los votantes. Un ejemplo es Irlanda que, a menudo, realiza sus elecciones en viernes, permitiendo a los votantes que trabajan o estudian lejos de sus hogares de votación, viajar y participar en las elecciones durante el fin de semana.

Logística electoral

La logística involucrada en la organización de elecciones es compleja y varía significativamente entre los países debido a diferencias en infraestructura y recursos disponibles. Permitir que cada Estado miembro seleccione el día más adecuado dentro de un rango de fechas ayuda a optimizar la gestión de recursos humanos y materiales necesarios para el proceso electoral. Esto es crucial en la Unión Europea, donde la diversidad en los sistemas electorales requiere una planificación detallada y adaptada a cada contexto nacional.

Resultados Uniformes

A pesar de que la votación se realiza en días diferentes, la Unión Europea ha establecido un sistema donde los resultados se mantienen en reserva hasta que todos los países miembros hayan cerrado sus urnas. Esta política asegura que los resultados preliminares de un país no influyan en la decisión de los votantes de otro país, promoviendo así la equidad y la integridad del proceso electoral en toda la Unión.

Flexibilidad para situaciones específicas

La posibilidad de elegir la fecha de votación también permite a los países miembros ajustar el proceso electoral a circunstancias particulares, como festividades nacionales o eventos importantes, que podrían afectar la participación si las elecciones se llevaran a cabo en una fecha fija común.

Esta flexibilidad es fundamental para mantener alta la participación electoral y asegurar que todos los ciudadanos tengan la oportunidad de ejercer su derecho al voto sin interferencias.