El lunes 6 de mayo es el último día en el que se pueden publicar encuestas, según la Ley Electoral . La campaña de las elecciones catalanas llega al veto demoscópico con Salvador Illa, candidato del PSC, liderando todas las encuestas, seguido por Carles Puigdemont (JxCat) y una ERC en progresivo retroceso.
De manera unánime, los últimos sondeos sitúan a Illa como vencedor de los comicios, rozando o superando los 40 escaños.
También el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha publicado una encuesta -sin atribución de escaños- que vaticina que el PSC ganaría ampliamente las elecciones (29,8%-33,2%), seguido de Junts y ERC, que obtendrían prácticamente los mismos resultados.
Por detrás se situarían el PP, Vox, Comuns Sumar, la CUP y Aliança Catalana, formación de extrema derecha independentista que lidera la alcaldesa de Ripoll (Girona), Sílvia Orriols.
Illa ha asegurado este lunes que, tras el 12M, ve "posible" liderar un Govern en solitario o también en coalición con ERC y los comunes, dos fórmulas que, en cualquiera de los casos, priorizarán la "estabilidad".
"Tenemos que esperar al día 12M a que hablen los catalanes, para ver qué posibilidades hay. Yo he fijado algunos criterios, de estabilidad, socialdemocracia y el de servicios públicos como primera prioridad. Una posibilidad es esta", ha indicado, en referencia a un gobierno de coalición con ERC y comunes.
Por su parte, el presidente de la Generalitat y candidato de ERC a la reelección, Pere Aragonès, ha asegurado que ve a Illa "desorientado" a la hora de hablar de pactos postelectorales: "Nosotros no vamos a entrar en este juego de dónde está la bolita", ha dicho.
"Esta última semana hemos oído a Illa decir que quería gobernar en solitario, luego con Junts y ahora habla de un gobierno con formaciones de izquierdas", ha criticado.
Puigdemont, desde Argelès-sur-Mer (Francia), ha planteado una "refudación" de la administración pública catalana para acabar con la "burocracia estéril" que, a su juicio, perjudica a los ciudadanos catalanes.
El candidato de Junts ha situado esta reforma como prioritaria para poder "superar esta telaraña paralizante de normas realmente absurdas, inútiles e inhibidoras de la actividad.