El Sevilla encadena sexto triunfo en casa y toma impulso para el derbi
El Sevilla ganó 2-0 a un Sporting muy defensivo y que dio una pobre imagen, encadenó su sexto triunfo en casa en la Liga, se acercó a la zona europea y tomó impulso para el próximo derbi en el campo del Betis.
Tras un primer tiempo nefasto, sin fútbol alguno, en el segundo el Sevilla reaccionó con la entrada del ucraniano Yevhen Konoplyanka y del francés Kevin Gameiro, autor de los dos goles en el último cuarto de hora, a raíz de la expulsión del visitante Bernardo, pues reactivaron a su equipo y fueron claves en la victoria local.
Los dos equipos buscaban consolidar sus distintos objetivos: el Sevilla, muy fuerte en casa, acercarse a los puestos europeos tras un mal inicio de liga, sobre todo fuera; y el Sporting, que llevaba veintiún años sin ganar en el Sánchez Pizjuán, alejarse aún más de la zona baja tras ganar 3-1 hace una semana a Las Palmas.
Sin el sancionado Iborra y sin los lesionados, el meta luso Beto y los defensas Carriço, Pareja y Andreolli; el técnico local, Unai Emery, dio descanso al lateral francés Trémoulinas y al extremo ucraniano Yevhen Konplyanka, y apostó en esos puestos por Escudero y el danés Krohn-Dehli, con Fernando Llorente -autor el martes del gol del triunfo ante la 'Juve' que les metió en la Liga Europa- arriba.
El comienzo del choque fue soso y aburrido, sin llegadas claras a las áreas por parte tanto de los sevillistas como de los gijoneses, que tenían las bajas por lesión del delantero paraguayo Tonny Sanabria, quien marcó los tres goles ante Las Palmas y fue suplido por Carlos Castro, del lateral Canella y del medio Sergio Álvarez,
Ambos salieron aletargados, sin fluidez en el juego ni claridad. Esto se tradujo en un encuentro anodino, sin emoción, un auténtico tostón de partido, con un Sevilla sin rumbo ni intensidad para crearle problemas a un inocente Sporting, que solo guardó el orden y la posición ante un rival desdibujado y que desquició a su afición.
El primer tiro a puerta fue del Sporting, a los 25 minutos, si bien Sergio Rico paró el remate flojo de la joven estrella croata Alen Halilovic, muy apagado, como todo el ataque gijonés.
Idéntica imagen dio el Sevilla, que dominó y tuvo el balón, pero sin chispa quizá por el desgaste del martes en la Liga de Campeones.
No aparecían el argentino Éver Banega ni Vitolo ni Krohn-Dehli en las bandas y el Sevilla se limitó a colgar algún centro a Llorente, muy desasistido, aunque fue el único que inquietó algo a Cuéllar con un cabezazo que el meta visitante detuvo sin apuros.
En la reanudación cambió radicalmente el decorado. Emery sacó a Konoplyanka por N'Zonzi buscando más profundidad en ataque y nada más empezar el ucraniano ya superó todo lo hecho antes por su equipo con dos remates: uno se fue desviado y el otro lo detuvo Cuéllar, que salvó al Sporting con un paradón a los 48 minutos al sacar una mano milagrosa en un remate de Banega que rebotó en Llorente.
Los sevillistas fueron de verdad a por el partido y, con una gran presión, asediaron al equipo de Abelardo Fernández, muy replegado e impotente para salir al ataque, sobre todo al entrar al campo el lateral Lora por el delantero Castro.
Con Ndi ahora más adelantado, el Sporting fue mucho más defensivo aún. El choque fue un monólogo del Sevilla en busca de un gol que, pasado el primer cuarto de hora de esta mitad, rozaron Konoplyanka por dos veces, sobre todo en un derechazo que Cuéllar despejó con un paradón en el 68, y Banega, con un tiro lejano y una falta que se fue alta.
El empuje local le dio sus frutos a un cuarto de hora del final, cuando Kevin Gameiro, que había salido poco antes por Vitolo, hizo el 1-0 de penalti con un lanzamiento que llegó a tocar Cuéllar, al considerar el árbitro que el exsevillista Bernardo empujó a Llorente cuando este iba a rematar un centro desde la derecha.
Esta acción dejó con diez al Sporting al ver la segunda amarilla el colombiano, que cinco minutos antes había recibido la primera tarjeta, y puso las cosas más fáciles a un Sevilla que amplió su renta con el 2-0 a los 80 minutos, de nuevo obra de Gameiro, que cabeceó a la red un magnífico centro de Konoplyanka.
Banega pudo marcar el tercero, pero estrelló el balón en el poste en el tiempo añadido.