El empate en esta jornada entre croatas y suecos, las dos selecciones que preceden a España en la clasificación, estrecha la lucha por la primera plaza e incrementa aún más si cabe la importancia del partido de la próxima semana del combinado español en Malmoe.
El partido respondió a las expectativas y España no tuvo ningún problema para superar holgadamente a la Cenicienta del grupo. De hecho, le bastó con emplearse a fondo solo en el primer tiempo para solventar claramente el compromiso.
Desde el primer minuto, el guión que se desarrolló sobre el césped del Nuevo Castalia fue un monólogo de los jugadores de Albert Celades frente a un rival que se multiplicaba en defensa ante la que se le venía encima y que fue incapaz de disparar una sola vez entre los tres palos de la portería española durante el choque.
El juego se desarrolló exclusivamente en la parcela de San Marino y España coleccionó desde los primeros compases una sucesión de ocasiones para abrir el marcador. La más clara fue una de Munir tras estrellar un balón en un poste, cuando apenas habían transcurrido trece minutos de juego. La paciencia de España encontró su recompensa en la siguiente jugada, tras un centro de Oliver que cabeceó el debutante Diego González para inaugurar el marcador.
El combinado nacional volcaba su juego por la derecha, ya que Santi Mina dejaba su banda para juntarse en el centro con su nuevo compañero en el Valencia, Munir, por lo que Deulofeu se convirtió en la pesadilla de la zaga de San Marino por el carril diestro, donde exhibió todo tipo de regates y centros. Desde esa banda llegaría el 2-0, tras un nuevo centro que cabeceo Munir al fondo de las mallas, cuando apenas se había sobrepasado el cuarto de hora.
España jugaba a su antojo y desperdició un sinfín de ocasiones para ampliar su renta, si bien no fue hasta la media hora cuando de nuevo Munir anotó tras robar un balón en la frontal y sacar un potente disparo para batir a Benedettini. España bajó las revoluciones de su juego, pese a lo cual siguió dominado con insultante autoridad el encuentro y marcó el cuarto justo antes de llegar al descanso, al aprovechar Santi Mina una nueva asistencia de Oliver.
Con los deberes hechos, España bajó la intensidad de su juego en el segundo tiempo, lo que unido a la temprana salida del terreno de juego de Deulofeu, supuso un alivio para la selección que dirige Mirco Papini. La escuadra española seguía controlando el partido a su antojo pero en ataque perdió la chispa del primer acto.
Pese a la posesión absoluta del balón, apenas generó ocasiones claras de gol y no fue hasta la recta final del choque cuando pudo ampliar su cuenta, con dos nuevos tantos de Borja Mayoral e Iñaki Williams para completar la media docena.