No falló el Real Madrid en la vuelta de la Champions al Santiago Bernabéu. Tenía que ganar para seguir con opciones de clasificarse directamente a los octavos de final, sin necesidad de pasar por el playoff, y goleó a un débil Salzburgo, que aunque dejó buenas sensaciones durante los primeros minutos, no pudo con la apisonadora madridista cuando se abrió el marcador.
Lo hizo Rodrygo a los 23 minutos en una buena jugada en la que se juntaron los cuatro de ataque y volvió a repetir el brasileño unos minutos más tarde con un zapatazo desde el pico del área tras un gran taconazo de Bellingham. Así logró el Madrid irse al descanso con dos goles de ventaja y una victoria encarrilada que hacía olvidar el runrún de los últimos días.
No cambió el guion al inicio de la segunda mitad y Mbappé marcó el tercero en una jugada con fortuna en la que aprovechó un error de la defensa y el portero del Salzburgo.
Solo quedaba Vinicius por mojar de los tres de arriba y no tardaría en hacerlo tras una buena jugada individual en la que recortó a varios defensas dentro del área y sacó un buen zapatazo imparable para Blaswich. Unos minutos antes el brasileño vio una tarjeta amarilla por dejarse caer dentro del área y no podrá jugar en la última jornada contra el Brest.
Con el partido ya encarrilado y el 4-0 a favor, Ancelotti movió el banquillo para dar entrada a jóvenes como Arda Guler o Endrick, a un Alaba que volvió a sumar minutos tras reaparecer el pasado fin de semana ante Las Palmas, y hacer debutar el canterano Jacobo Ramón.
A falta de 15 minutos para el final, Vinicius volvió a culminar una gran jugada, esta vez colectiva, y firmó la manita aprovechando un buen pase de Valverde. El Salzburgo maquilló el resultado con un golazo de Bidstrup en la recta final del partido.