El Valencia firmó un arranque prometedor, pero posteriormente fue víctima de la tremenda efectividad de la UD Las Palmas, que mantuvo las buenas sensaciones que ya dejó el año pasado desde la llegada al banquillo de Quique Setién y sacó tres valiosos puntos.
Gayá envió un balón al larguero al poco de empezar el choque, preludio del 1-0, obra de un Santi Mina, que comenzaba a demostrar su inspiración en los saques de esquina cabeceando a la red de Javi Varas. El equipo de Quique Setién quedó 'tocado' por el gol y a merced del dominio 'che'.
Sin embargo, en su primera llegada al área de Matt Ryan, uno de sus fichajes, Marco Livaja, cabeceó el empate. Con poco tiempo para los de Pako Ayestarán para asimilar este golpe, el conjunto insular asestó otro, después de que Jonathan Viera marcase el penalti de Joao Cancelo a David Castellano. Para completar un cuarto de hora pleno de acierto, el gran fichaje canario de la temporada, Kevin Prince-Boateng, también aprovechaba un buen centro para dibujar un cabezazo letal.
Con el 1-3, el Valencia 'despertó' de nuevo y retomó el mando del partido, pero sólo encontró premio en otra jugada a balón parado. De nuevo un activo Santi Mina estaba en el lugar adecuado para remachar un balón suelto y dar vida a los locales para el descanso.
Las Palmas, superior en la segunda mitad
En la reanudación, el equipo blanquinegro fue superior, pese a que Bigas se quedó a centímetros de empujar el 2-4. A partir de ahí, los visitantes se refugiaron en el contragolpe y las mejores ocasiones fueron para los de Ayestarán, que metió en el segundo tiempo a Mustafi, que podría interesar al Arsenal, por Vezo.
Varas metió una ágil mano para evitar la gran noche de Santi Mina y que este se situase en el 'pichichi' junto a Luis Suárez y Paco Alcácer estrelló un poderoso disparo sobre el larguero. Gayá fue la mejor opción ofensiva con sus incursiones por la izquierda, pero al Valencia le faltó acierto, todo lo contrario que a su rival, que agarró una contra en los compases finales, bien culminada por Livaja, provocando los primeros silbidos en Mestalla.