ATHLETIC DE BILBAO

Muniain reúne a más de 20.000 aficionados en su despedida

Iker Muniain reunió a más de 20.000 aficionados en San Mamés en un acto de despedida como jugador del Athletic en el que estuvo acompañado de los suyos, familiares, amigos, compañeros de equipo y más gente del mundo del fútbol con la que ha coincidido durante su carrera de, por ahora, 15 temporadas.

EFE

Madrid |

Muniain reúne a más de 20.000 aficionados en su despedida | EFE

Fue un acto que el capitán rojiblanco, que deja el equipo a final de temporada por iniciativa propia, comenzó acompañado de sus hijos, Iker y Claudia, y con sus compañeros y compañeras de los equipos masculino y femenino del club bilbaíno haciéndole pasillo. El momento cumbre fue cuando todo San Mamés, el Athletic informó que fueron más de 27.000 los que retiraron la entrada gratuita para acudir al acto, se puso a cantar la canción que el propio Muniain hizo famosa en las celebraciones por la Copa del Rey conquistada el 6 de abril en Sevilla. Especialmente el día que la Gabarra volvió a surcar las aguas de la Ría, el 11 de abril.

"Este es el famoso Athletic, el famoso Athletic Club; estos son los campeones, 'Aupa Athletic Txapeldun'" fue un cántico que precedió al de "Iribar, Iribar, Iribar es cojonudo, como Iribar no hay ninguno", cuando el legendario meta rojiblanco dirigió unas palabras al delantero navarro siendo el último de "los invitados especiales" que acompañaron al capitán en un acto que duró algo más de una hora.

Abrió el pase de esos invitados el actual presidente del Athletic, Jon Uriarte, que portaba un brazalete de capitán con el número '10' impreso, y le siguieron Joaquín Caparrós (en Bilbao ya para siempre 'Jokin'), el técnico que le hizo debutar con 16 años, su "hermano" Iñaki Williams, y mensajes de extécnicos como Eduardo Berizzo, Gaizka Garitano o Marcelino García Toral. Presente estaba, junto a su plantilla y cuerpo técnico, Ernesto Valverde, del que Muniain desveló una conversación en la que el de Viandar de la Vera le felicitó por cumplir tantos partidos como lleva -por ahora 559- sobre todo "aguantándole" a él dándole órdenes.

Durante el acto fue repasándose su trayectoria, desde que jugó su primer torneo amistoso en tierras vizcaínas siendo todavía un niño y recién llegado del barrio pamplonés de La Txantrea hasta el penalti que marcó en la final de Copa. "Fue uno de los momentos más difíciles de mi carrera. Un momento muy duro, un momento de mucha presión y de mucho miedo. Fue muy duro", aseguró de la falta máxima que lanzó en la tanda ante el RCD Mallorca que decidió el título. También recordó Muniain lo importante que fue en su carrera al llegar a Bilbao su mentor Koldo Asua, ya fallecido y al que lanzó "un beso" mirando al cielo.

Otro mal momento para Muniain fue la derrota en la final de la Liga Europa de 2012 en Bucarest ante el Atlético de Madrid. "Nunca he derramado más lágrimas que ese día", desveló, acordándose, por contra, del "fútbol del que todo el mundo se enamoró" de la época de un Marcelo Bielsa para el que solicitó a la grada un aplauso.

El expresidente Fernando García Macua, los exjugadores Pablo Orbaiz, Carlos Gurpegui, Markel Susaeta, Joseba Etxeberria, Gorka Iraizoz o el actor Julian López, con el que también departió, son otros de los que acudieron a una despedida que terminó como cualquier partido en San Mamés: con los jugadores y la grada cantando al unísono el 'Txoria Txori' de Mikel Laboa y esta vez también con sus compañeros manteando al protagonista.

Un Iker Muniain que asegura que, aunque no siga, no se va y que se mostró dispuesto a regresar cuando el club lo considere oportuno. "Si alguna vez se me necesita, estaré aquí al día siguiente para ayudar" como ha hecho durante 15 temporadas, y varias más en categorías inferiores, y por el momento 559 partidos. El jugador de campo que más encuentros ha disputado en el Athletic y el segundo tras Iribar (614). Una canción que le regaló, y cantó esta tarde en San Mamés, el "cantante urbano Baby G", y un vídeo que le emocionó del creador de contenidos en Internet Iker Ruiz, a los que agradeció sus obras, también contribuyeron a abrillantar un acto que, sin partido de por medio, reunió a la mitad del aforo de San Mamés para despedir a un capitán que, Copa en ristre en la Gabarra, será siempre recordado.